Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

domingo, 21 de febrero de 2010

30 años de la desaparición de Félix Rodriguez de la Fuente I.

Resulta que el lobo "cruel" es un ser amantísimo de los suyos, protector incondicional de los débiles y las hembras de su especie. El lobo "traicionero" es un animal de lealtad monolítica, capaz de morir por fidelidad a su jefe. El lobo "asesino" es un cazador que no tiene más remedio que matar para comer, pero detesta la violencia y obedece ciegamente a unos signos inhibitorios que evitan, en su especie, la guerra fratricida.
La persecución implacable de que el lobo ha sido objeto, tiene una explicación muy sencilla. El lobo roba al hombre su carne y éste tiene derecho a defenderla. El pastor y el campesino tratan de expulsar por todos los medios de su territorio al competidor.
Pero, por encima de esta guerra territorial, frecuente entre otras especies animales, hay un odio mítico, desproporcionado, que ha hecho del lobo el blanco de todas las lacras humanas: la crueldad, la traición, la vileza... FRF, 1967.

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