Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

jueves, 18 de febrero de 2010

La extinción de lobo en Álava.

La patronal de los empresarios ovinos ha presentado como alegaciones al borrador del Plan de Gestión del lobo en Álava la exigencia de que sea erradicado. Parece mentira pero es cierto. En pleno siglo XXI hay unos cuantos señores que anteponen sus mezquinos intereses particulares a los intereses de toda la sociedad. La sociedad, especialmente la sociedad urbana, ha declarado una y otra vez que desea que ningún ser vivo sea extinguido de ahora en adelante. Está intentando enmendar los errores del pasado en el que se eliminaban las "alimañas", pero hay un pequeño grupo de empresario que no se ha enterado de nada y que quiere seguir fabricando queso a costa del lobo. No y mil veces no. Sus planteamientos me recuerdan a los de los empresarios industriales de los años 60's que, cuando se empezó a exigir que las fábricas no contaminaran ni las aguas de los ríos ni el aire, se llevaron las manos a la cabeza gritando que si tenían que instalar depuradoras y filtros que se arruinarían. Decían que la conservación de la naturaleza era cosa de retrógrados y que era incompatible con sus métodos de producción. La industria peligraba. La industria y la naturaleza eran incompatibles. Ahora nos toca luchar por el lobo y contra el queso de Idiazabal. Ánimo y prestos a la pelea.

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