Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 26 de febrero de 2010

Otra noche con los escribanos palustres.

Ayer jueves, volvimos por la tarde a la laguna de Lacorzana a anillar escribanos palustres (Emberiza schoeniclus). Hasta las seis soplaba tanto viento que pensamos desistir y no montar las redes, no sólo porque era muy complicado sino, sobre todo, por el bienestar de los pájaros. Las espigas de los carrizos se movían tanto que parecía una imagen fantasmagórica. Afortunadamente, a las seis dejó de soplar y pudimos montar redes. Montamos 30 metros lineales, con un pequeño ángulo. Cada veinte minutos revisamos y recogimos a las siete. Para entonces ya habíamos capturados dos machos de escribano. Uno subadulto joven, el otro adulto, precioso, con la caperuza negra y las líneas de la cara muy perfiladas. Parecía que han pasado buen invierno, bien musculados, con bastante grasa, fuertes y muy emplumados. ¡Que tengan suerte!

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