Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

jueves, 11 de marzo de 2010

Otra tarde de éxito tras de las esquivas rapaces.

La foto del busardo es de Carmen Azahara Prieto (a. "ambientologuilla").
Ayer miércoles 10 de marzo, por la tarde, salimos a buscar rapaces para anillar. Hacía frío, pero no había viento. El campo estaba precioso. Silencioso y vacío. Recorrimos la Llanada oriental alavesa. Llevaríamos una media hora cuando vimos un busardo ratonero en su atalaya. Echamos la balchatri con Estrella y Luna y el rato se tiró en un segundo. En ese momento pasó un coche cerca, el rato levantó el vuelo de junto a la jaula y se posó en un árbol seco junto a una carretera. Recogimos la jaula, nos acercamos a él un par de veces pero no hubo manera de volversela a echar. En estas estábamos cuando cruzaron por delante de nosotros un mirlo perseguido por un gavilán. El gavilán bandeaba sobre el eje central y a la vista de su espalda gris se sucedía la vista de su inferior blanquecino. Dos o tres movimientos en un segundo. El mirlo recto como una flecha. No sé cómo acabaría el lance porque se perdieron de vista tras de unos arbustos. ¡Fue como ver un manchón de vida en la soledad turbia de la tarde! Al rato vimos una pareja de cernícales perchados en unos cables. Ya están emparejados. Aquí todavía hace muy mal tiempo, pero los calores de los cortejos empiezan a verse en muchas especies. Dispusimos la balchatri y cayó la hembra. Preciosa, adulta, con unas patas que parecían fosforescentes de puro amarillas. Acababa de comer y tenía en el pico todavía restos de carne. Estrella y Luna estupendas, se durmieron nada más terminar su labor. Anillada, se fue volando lentamente. Se mantuvo a nuestra vista un buen rato. Iba como a cámara lenta. Bellezón.

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