Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 26 de abril de 2010

Avistamientos de aves en la jornada práctica del cursillo de herpetofauna anfibios.

Mientras mirábamos al suelo para descubrir ranitas pardas entre la hojarasca, las llamadas permanentes de los pájaros desde las ramas de los árboles y las sombras fugaces que recorrían la bóveda del bosque reclamaban nuestra atención insistentemente. Es lo que tiene ser ornitólogo, no puedes mirar al suelo. Sin embargo tuvimos que aunar ambas acciones porque queríamos ver anuros y urodelos, pero tampoco queríamos perder la oportunidad de observar aves forestales. El bosque por el que caminábamos es un bosque de robles, mayoritariamente, con sotobosque de zarzamora, acebo y espino albar sobre un sustrato herbáceo con gran cobertura de hojarasca seca. El suelo es calizo, si bien hay algunas afloraciones de cantos de arenisca, no sé si depósitos aluviales o si de origen antrópico. En todo caso, algunas zonas del bosque están encharcadas y todo él está muy húmedo; tanto que hay algunos rodales hayas de buen tamaño. La propiedad del bosque y las lagunas es comunal. Entre las aves más especiales que vimos podemos citar al carbonero palustre (Parus palustris), se agitaba entre las ramilas y hojas de los arbustos buscando insectos y semillas. Su caperuza negra y su corbata lo hacen inconfundible. Su área de distribución en España se limita a la cornisa cantábrica. Poco después vimos a un herrerillo capuchino (Parus cristatus). Inconfundible con su cresta se posaba en lo más alto de los árboles rebuscando entre las ramas más elevadas. Además vimos un grupo de bisbita arbóreo (Anthus trivialis) persiguiéndose. Supongo que, además de buscar alimento, estaban en cortejo. Herrerillos comunes (Parus caeruleus, de momento) y carboneros comunes (Parus major) nos acompañaron durante toda la jornada. 801811

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