Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 16 de abril de 2010

Escenas siriacas III

Son las 12 y media del día 1 de abril y estamos en Alepo, ciudad antigua del norte de Siria permanentemente actualizada por el tráfico y el comercio. Hay miles de vencejos (Apus apus) por el cielo. Pero el ave más abundante, presente en todas las ciudades de Siria y de Jordania, es la tórtola senegalesa (Streptopelia senegalensis). En el barrio armenio por el que pasamos están posadas en los cables, las paredes, los árboles, los solares. Las hay por todas partes. En la plaza central del llamado Barrio Nuevo, al que la gente sigue llamando barrio armenio, hay más de 80 a la vista. En una esquina de la plaza, en el suelo, junto a una tienda de joyas, un macho de cernícalo común (Falco tinunculus) se agita dentro de una jaula. Pienso en lo que le gustaría estar libre y poder lanzarse como una maldición sobre los bandos de tórtolitas. El día 2 de abril, que amanece fresco y soleado, vuelan nubes de vencejos comunes sobre Alepo. Vemos simultáneamente más de cien tórtolas del Senegal y gorriones, y más de cincuenta palomas domésticas zurean junto a nuestras ventanas. La vida se agita en esta primavera. Allá abajo, en las calles, muchas familias se preparan para salir al campo. Es viernes y es festivo. A los sirios les gusta pasar los días de fiesta sentados en la hierba. Aunque sea en la mediana de la autopista o en un retazo de campo entre carreteras. Todos los seres vivos sienten la llamada de la primavera.

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