Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 19 de abril de 2010

Una mañana de sábado.

Este sábado día 17 de abril la cita era a las siete de la mañana con la gente de Mioma, localidad situada al oeste del territorio alavés. Para las siete y media ya estábamos en el interior del extenso bosque de robles. Hemos conectado el reclamo y, al poco rato, junto a la laguna rodeadad de árboles, entre la bruma fría, han empezado a responder otros machos. Un momento y se ha dejado ver, encaramándose a lo más alto de las ramas más finas, un ejempler de pico mediano (Dendrocopos medius). Hemos ido cambiando de colocación a lo largo de la mañana y hemos convocado a otros tres o cuatro, pero a uno de ellos lo hemos podido ver a placer. Aparecían de entre los árboles como pequeños fantasmas, nerviososo y pálidos, y al poco desaparecían. La mañana era desapacible y llovía, pero la satisfacción de poder ver ejemplares de este pequeño pícido tan alta, que incluso a uno de nosotros se le ha olvidado la mochila con el equipo óptico. Después de almorzar, ya de retirada, hemos podido ver en una alta peña, mientras buscábamos una pareja de alimoches (Neophron percnopterus), un ejemplar de halcón peregrino (Falco peregrinus) y varias chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax). Por fin en el fondo de de los telescopios ha aparecido la pareja de alimoches. Uno subía en picado al cielo mientras el otro se alejaba lentamente, para después picar y cruzarse juntos, Estaban en pleno cortejo. Emitían pequeños gritos como reclamos de localización o aviso. Volaban, planeaban, volvían a realizar picados ascedentes, bajaban planeando, ha sido un bonito espectáculo. Después de unos cinco minutos nos hemos retirado, pues aunque estábamos a más de trescientos metros de distancia, es un ave muy sensible a la presencia humana. 801811

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