Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 14 de mayo de 2010

Volverán las oscuras golondrinas (que sobrevivan) de tu balcón sus nidos a colgar.

Aunque Gustavo Adolfo Bécquer no era ornitólogo y, quizás, cuando habla de "golondrinas" que cuelgan de tu balcón sus nidos a lo mejor se está refiriendo al avión común (Delichon urbica); no cabe duda de que esos versos son de los más famosos de la literatura amatoria española. Pero las pobres golondrinas (Hirundo rustica) lo están pasando fatal y, ¡qué duda cabe! también los aviones comunes, los vencejos (Apus apus) y todos los insectívoros en general con esta primavera heladora que se ha instalado en Álava. La lluvia, el viento, el frío y la falta de sol impiden desarrollarse a los insectos y, en consecuencia, a las aves alimentarse a sus expensas. Sin embargo se trata de animales muy sufridos, duros y de recuperación muy rápida. Sin ir más lejos, un subadulto de golondrina anillado en Álava en septiembre pasado, y al que, al tomarle las medidas biométricas, calificamos como de grasa 0 músculo 1 ( o sea enclenque) fue recuperado invernando a más de 8.000 km de distancia en la ciudad sudafricana de Durbanville. En el estudio publicado en el nº 19 de la revista científica Malimbus "Mortalidad de Riparia riparia en el Senegal" se significa que la recuperación del peso cuando vuelven a poder alimentarse otra vez de manera normal, es muy rápida. Más o menos 1'5 gramos cada diez horas en el caso del avión zapador. Incluso en un caso, una de las aves individualizadas, recuperada a continuación, había realizado una ganancia del 30% de su peso en sólo nueve horas. Les resultó sorprendente a los investigadores constatar que los aviones zapadores continuaron comiendo incluso habiendo conseguido su peso normal, como si la escasez que habían sufrido les provocara una especie de bulimia que les condujo a excesos de alimentación y, en consecuencia, excesos ponderales. Así que con tres días serenos y más templados, volverán las oscuras golondrinas (y los aviones y los vencejos) supervivientes a cargarse de grasa y, quizás, a acometer las tareas reproductivas en buen estado. Saludos cordiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario