Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

La participación del patrocinio privado en el conservacionismo.

En estos tiempos de crisis las administraciones públicas han recortado de manera sensible sus presupuestos. La carencia de recursos que esta decisión comporta ha afectado de manera directa a las subvenciones para las asociaciones conservacionistas, investigadoras y a la investigación básica en general. Es impresionante la escasez de recursos económicos en la que se mueven todo tipo de entidades científicas y los mínimos sueldos o becas, con los que trabajan los investigadores españoles. Un proyecto de investigación o de trabajo conservacionista que cueste cuarenta o cincuenta mil euros queda por entero fuera de la posibilidad de acometerlo. Sin embargo, cuarenta o cincuenta mil euros es lo que puede gastarse un sociedad anónima PEQUEÑA para una sóla reunión de su Consejo de Administración. Esta diferencia de recursos disponibles contrasta todavía más si consideramos que casi todas las entidades ecologistas y conservacionistas buscan sus recursos exclusivamente en la administración pública. ¿Por qué? Es difícil responder. Quizás quedan todavía románticos que consideran que sólo es pura, básica, la investigación si se acomete con recursos públicos y que es mala, perversa, y sólo puede ser aplicada, si se realiza con aportaciones privadas. Pero en general tengo la impresión de que ese posicionamiento no encuentra su justificación en estos valores, aunque románticos, trasnochados sino en una cierta pereza para buscar y acopiar recursos más allá de lo obvio. Esta mañana he encontrado en Infojob una oferta de empleo para "buscador de patrocinios". Creo que esto significa que la crisis está haciendo que las asociaciones estén buscando recursos fuera de la Administración. A mí me parece que la diferencia de recursos tan enorme existente entre las empresas privadas y los presupuestos disponibles en las administraciones públicas permite albergar esperanzas de que las empresas privadas se constituyan en una fuente interesante de subvención de proyectos. El que las empresas privadas financien o subvencionen proyectos, expediciones, o investigaciones tiene una enorme tradición en los países anglosajones. Sin embargo tiene mala prensa en España. Ahora mismo las empresas privadas están preocupadas por la Responsabilidad Social Corporativa y desean ligar sus nombres y sus logotipos a acciones asequibles económicamente pero que, en su repercusión social, dejen entrever valores altruistas y de sostenibilidad. Creo que es un buen momento para conseguir patrocinios. No hablo sólo de las grandes corporaciones como Bancos y Fundaciones, que siempre han subvencionado acciones muy específicas (y en general espectaculares) sino que es el momento de llamar a la puerta de las pequeñas empresas. Claro está, casi todas las empresas privadas, tanto grandes como pequeñas, desean ligar su imagen a acciones positivas, socialmente significativas. Además puede que exijan alguna contraprestación del tipo de hacer presentaciones públicas, atención a los medios, conferencias en sus aulas de cultura, exposiciones, etc. A mí el momento me parece óptimo. La "mamá" administración está (¿momentáneamente?) exhausta; exploremos la disponibilidad de las empresas privadas. La Ley del mecenazgo existe ¿no seremos capaz de sacarle alguna utilidad para la ciencia (aunque sea con minúscula)?

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