Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 10 de enero de 2011

Pajareando con Enid Blyton I.

Los Reyes Magos (o las Reinas Magas, ¡vaya Ud. a saber!) me han traído este año un volumen que contiene cuatro novelas de Enid Blyton de la Serie Aventura (serie constituida por ocho novelas). Me ha llamado la atención la cantidad de referencias que, en las cuatro novelas que constituyen el volumen, hay a la ornitología, a las aves, a la observación y fotografía de aves, etc. Uno de los jóvenes protagonistas, Jack Trent, el mayor, es un gran aficionado a la observación y fotografía de aves y tiene un loro parlanchín (Kiki) como mascota, pero hay mucho más. Las novelas de esta Serie fueron escritas entre los años 1944 y 1952. Posteriormente han sido modificadas puntualmente, en las sucesivas ediciones, para suavizar algunas de las opiniones de Enid Blyton y adaptarlas a las nuevas convenciones sociales. Sin embargo esta edición del 2010 se ha tomado de las más antiguas españolas, con lo cual siguen apareciendo las opiniones originales de Enid Blyton, que resultan un poco demasiado anticuadas para mi gusto, por ejemplo en cuanto a los roles masculinos y femeninos. En lo demás, me gusta.
En todo caso, lo que es una constante en las cuatro novelas que constituyen el volumen, es la presencia de las aves. Tres de las cuatro se inician a causa de la afición de alguno de los protagonistas a observar aves. En la primera, Aventura en la Isla, se inicia la aventura cuando los protagonistas se empeñan en llegar hasta una isla próxima a la costa para dedicarse a la observación de las aves marinas.

En la segunda, Aventura en el Castillo, toda la peripecia se desenvuelve a causa del deseo de uno de los protagonistas de fotografiar un nido de águila real en el que se encuentra un pollo volandero a punto de abandonarlo.


En Aventura en el mar, todo el viaje tiene como objetivo el realizar una expedición para el estudio y fotografía de aves marinas como los frailecillos, cormoranes, alcatraces, gaviotas, araos comunes, etc. La verdad es que luego la expedición se complica y, aunque en toda la aventura tienen intensa presencia frailecillos y gaviotas, los peligros vienen de la mano de los seres humanos.

En estas novelas, espigando un poquito, podemos encontrar frases como: "Dice que va a ser ornitólogo; así que, ¿para qué perder el tiempo aprendiéndose fechas y cabos y poemas y cosas por el estilo? ¿Ornitólogo? Oh, uno de esos que son aficionados a los pájaros y los estudian". "Algunos amantes de los pájaros "sí" que parecen un poco pasados de rosca. Hemos conocido a varios de ésos. Bueno, pues éste es un caso extraordinario... está exagerando la nota". "Si yo tuviese plumas, seguramente haría cuanto le dijese. Jamás he conocido a alguien que esté tan loco por las aves. Apuesto a que conoce de memoria los huevos de todos los pájaros del mundo". "El niño dirigió la mirada hacia el agua. Flotando, o cerniéndose sobre ella, había centenares de aves marinas de todas clases. Era un verdadero paraíso de pájaros. El corazón del chico entonó un canto de alegría. Aves a centenares, a millares. Podría estudiarlas a sus anchas, descubrir sus nidos, fotografiarlos sin prisas. ¡Qué buenos ratos iba a pasar!". "Ver aquellos pájaros planeando, volando en círculo, acercándose y flotando, le había inundado de dicha. ¡Ah, poder tumbarse en el acantilado y observarlos!".

"Fue a sentarse al pie de un alto ventanal para observar las aves que describían círculos en el aire y planeaban sin cesar". "En esa isla debe de haber centenares de pájaros completamente dóciles y amistosos. Sería maravilloso verlos. Las aves de la isla no habrán conocido al hombre. No habrán aprendido a prevenirse y a andar con cautela. Podría obtener unas fotografías maravillosas. ¡Cuánto me gustaría ir allí! Quizás pudiera ver pájaros que jamas viese antes. Tal vez pudiese tomar las más maravillosas fotografías de aves del mundo".

"Entusiasmado con las aves salvajes que poblaban la costa en grandes cantidades, se pasaba la vida identificando golondrinas de mar, cormoranes, gaviotas y otras especies". "Se había ido con los prismáticos a la cima del acantilado y yacía boca arriba, contemplando con deleite las aves que volaban por encima de él".

Como comprenderéis, el regalo me ha venido de perillas y me he leído ya las cuatro novelas. De Aventura en el castillo traeré alguna cita más, porque más de la mitad del libro está centrada en fotografiar el nido de águila real desde un hide. Me han encantado estas novelas que, aunque clasificadas como literatura infantil y juvenil, pueden reportar momentos muy agradables incluso a personas mayores. También pueden ser interesantes para chavales de diez o doce años que quieran descansar un poco de la Play y la tele y , a lo mejor, por ahí les pillamos para que se aficionen a la observación de aves. Muy recomendables. La editorial que ha publicado este volumen es la Editorial Molino, que es una marca de RBA Editores S.A. Las traducciones son bastante antiguas, de los años cuarenta y cincuenta, y los nombres de las aves son bastante diferentes a los actuales. Así aparecen los cormoranes como "corvejones", los araos comunes como "guillemotes", y los alcatraces atlánticos como "bubias". Pero bueno, no hay dificultades para entenderlos. A pesar de esto y de algunas de las opiniones, demasiado tradicionales para mi gusto, de Enid Blyton, sigue pareciéndome un libro extraordinariamente recomendable. ¡Esto es todo amigos! ¡Feliz año nuevo!

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