Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

domingo, 27 de noviembre de 2011

La importancia que para la conservación tienen los parques urbanos.

Dice Michael L. Rosenzweig, ecólogo, apóstol de la Ecología de la Reconciliación, en su libro Win, Win Ecology (Oxford University Press, 2003) que el futuro de la conservación requiere de una nueva manera de relacionarse con el medio. Esa nueva manera de reconciliarse con el medio es, precisamente, lo que él llama Ecología de la Reconciliación. La define como la "ciencia de inventar, establecer y mantener nuevos hábitats para conservar una diversidad de especies en los sitios en donde la gente vive, trabaja o se divierte". Se conservarán los espacios que el ser humano respete porque tienen utilidad para él y las especies que sean capaces de vivir con ellos. Es una manera muy pragmática de concebir la conservación de la biodiversidad, pero creo que muy realista. Creo que tiene razón. Veo muy difícil seguir conservando inmensos espacios vacíos para la mera conservación de la biodiversidad, espacios sin seres humanos, vetados a los seres humanos, sometidos a la tremenda presión de un crecimiento desmesurado de la población y, sobre todo, de la economía de mercado.
Podríamos definir la ecología de la reconciliación como el arte de crear o conservar nuevos hábitats para conservar la diversidad de especies en donde la gente vive. "Debemos tener la sabiduría de incorporar a nuestras ciudades a todos los seres silvestres y no de negarlos".
Dentro de estas reflexiones, podemos decir que solo el 6% de las investigaciones sobre conservación de la biodiversidad se realizan en áreas urbanas. Sin embargo, tengo la impresión de que la biodiversidad se salvará cuando seamos capaces de conciliar la vida urbana con la Naturaleza.
Los pasados días 10 y 18 de noviembre pasé un buen rato al mediodía, de 14:30 a 16:30 sentado tranquilamente en un pequeño parque urbano junto a la Facultad de Ciencias Biológicas (que es ese edificio que asoma sobre los árboles en la primera fotografía). Por las imágenes que tomé, podéis imaginaros que es un pequeño espacio verde rodeado de vida urbana: coches, estudiantes, campos de deportes, semáforos, cruces de calles (Avenida de la Complutense con Jose Antonio Novais). El otoño se había hecho presente. Ambas tardes tuvieron sus ratos de sol y nubes, si bien el día 10 brilló el sol mayoritariamente. Los hinchas de los equipos femeninos de rugby que competían en las cercanas canchas de juego atronaban el aire con sus estentóreos aullidos. Como puedes suponer había ratos de silencio, en los que aquello parecía un remanso de paz, alternados con momentos de un ruido infernal de tráfico y ánimo a los contendientes.
Tomé nota de bandos de más de cuarenta palomas torcaces (Columba palumbus) posadas sobre los árboles que bajaban a la hierba en momentos de tranquilidad. Ocho grajillas (Corvus monedula) que parecían surgir del edificio de la facultad y bajaban a buscar su alimento en las zonas de césped. Una docena de gorriones (Passer domesticus) entre los matorrales y las zonas despejadas. Un par de gorriones molineros (Passer montanus) en un arbusto, justo a mi lado. Una pareja de cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) pastando por el suelo y reclamando desde los árboles, Una pareja de pito real (Picus viridis) con sus brillantes obispillos dorados, volando entre árboles, de árbol a árbol, reclamando con su conspicuo relincho, y buscando alimento bajo los matorrales sobre el suelo. Una lavandera blanca (Motacilla alba), media docena de las sempiternas urracas (Pica pica), y varios mirlos (Turdus merula) completaban la fauna ornítica. Por el cielo surcaban grandes bandadas de más de doscientas gaviotas cada una. Por los troncos corrían agateadores comunes (Certhia brachydactyla). No pude ver más pues no llevaba prismáticos, pero había tres o cuatro especies más de paseriformes entre los árboles y los matorrales.
El segundo día la riqueza de especies era parecida. Un sabio profesor me dijo que alguno de los principales bosques está dentro de la ciudad. Parece ser que tanto el Retiro como los jardines de la Escuela Técnica Superior de Forestales y Medio Natural, mantienen unas importantísimas colonias de picogordo (Coccothraustes coccothraustes).
No cabe duda de que para todas las personas interesadas en la conservación, la investigación de la importancia que para la conservación tienen los parques urbanos y periurbanos (los paisajes humanizados en general) ha de ser motivo de reflexión. Así devolveremos a la Naturaleza algo de lo que nunca debimos arrebatarle. De esa manera quizás pueda hacerse realidad el título del libro fundacional de la ecología de la reconciliación Win-Win Ecology (Ecología del ganar-ganar): ecología en la que todos ganamos, la naturaleza y los seres humanos. Tengo la impresión de que debemos volver la vista sobre nuestras ciudades. E investigar. Creo que descubriremos que algunas especies silvestres se han instalado en ellas para no abandonarlas, porque les está yendo muy bien.

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